4 de agosto de 2019

Hacha Danesa

Hola, hoy vamos a ver algo que traigo rondando en la cabeza desde hace años y por fin he materializado, hice un vídeo del proceso completo, pero también voy a escribir para el blog porque si lo sigo manteniendo a estas alturas debo tratarlo como si tuviera importancia. En todo caso si eres un jovencito con las manos fusionadas al teléfono, adorador de artistas coreanos imposibles de diferenciar individualmente y sin la menor concentración lectora, he puesto el vídeo al final.
Dibujito que hice allà por 2010 en Paint. No sé por que no le puse vértebras bajo la malla, evidentemente es algo fantasmal y la calavera puede flotar, supongo. 
El hacha danesa es un arma fascinante, lo que todo aspirante a recreador de vikingos quiere tener, entre más grande mejor porque en esto el tamaño si importa. Tiene su origen en Escandinavia y el término en nórdico antiguo para nombrarla era "breiðöx", literalmente "hacha ancha". Desde su zona de origen se extendió a lugares donde los vikingos se establecieron y/o tuvieron cierta influencia, osea que conquistaron, colonizaron o se auto-invitaron a vivir y nadie los pudo echar; o bien llegaron como mercenarios o comerciantes, si, porque también comerciaban, no todo era despedazar gente (algunas veces también secuestrarla para venderla). Lugares como Inglaterra en donde es famoso su uso en la batalla de Hastings, además de todas las islas británicas e Islandia, también las actuales Francia, Italia, Alemania, Polonia, toda la cintura entre el mar Báltico y el Negro, Rusia y hasta el Imperio Bizantino, evidentemente esa gente se metió hasta donde pudo. Por España se pasearon pero siempre los echaban; moros y cristianos ya estaban demasiado estresados entre si como para permitir un tercer actor.
Al parecer siempre fue un arma de élite que estaba varios peldaños arriba de las lanzas, hachas menores y cuchillos de los hombres de armas comunes que tenían vidas normales como granjeros o artesanos, y sólo combatían o salían al pillaje en determinadas circunstancias; junto con las espadas las hachas danesas solían estar en manos de combatientes profesionales al servicio de jarls o reyes, especialmente ejercitados en su manejo fungían como núcleo integrador y élite de los ejércitos, como fuerza de choque eran capaces de abrir brechas en las filas enemigas con sus terribles tajos (no entraremos en el tema "berserker", porque a ciencia cierta no se sabe que eran ni como funcionaban) llevándose por delante yelmos y escudos con la carne que tuvieran debajo así como astas de lanzas, algo equiparable a lo que siglos después harían los lansquenetes en los cuadros de alabardas y picas con sus montantes.


Si la labor era defensiva, como podía ocurrir siendo usadas por guardias personales de personajes encumbrados como los Huscarls del rey sajón de Inglaterra o la Guardia Varega del emperador bizantino, habría que pensarlo muy bien para acercarse o siquiera sostener la mirada hacia sus miembros protegiendo un perímetro o paso revoleando esas enormes hojas contra lo que se acercara, es famosa la historia de la batalla del Puente de Stamford donde según ésta, un solo vikingo armado con una gran hacha cerró el paso de dicho puente al ejército sajón matando muchos hombres que trataron de enfrentarlo, hasta ser muerto de una lanzada por un soldado que se pudo acercar nadando desde debajo sin ser detectado.

Ilustración de Angus McBride sobre la jornada del dicho puente. Si los personajes tienen aspecto bajito, cabezón, ancho, membricorto y a tope de músculos, no hay duda que son suyos; seguramente es el referente mas influyente en internet de como todos imaginamos el aspecto militar de muchas épocas.
También en el tapiz de Bayeux que ilustra la batalla de Hastings pueden verse huscarls sajones haciendo frente con sus hachas a las cargas de los caballeros normandos, me temo que ante este novedoso sistema de combate ya se quedaban cortos, aunque algún caballo perjudicado se ve.




Lo más destacable de ésta arma como no, es su tamaño; se trata de hachas grandes de mangos largos para blandirse con ambas manos, a pesar de su gran superficie y aparente masividad las cabezas eran delgadas y ligeras como corresponde a un arma que ha de ser blandida rápidamente por alguien fuerte, sí, pero humano; los ejemplares más grandes cuando mucho rozaban el kilo, más el mango el arma entera no alcanzaría los dos, para mantener un peso tan contenido las hojas eran bastante finas; incluso de hasta menos de 3 mm, es por eso que en los ejemplos arqueológicos es común ver agujeros  por la corrosión.



Lógicamente un grosor tan bajo habría hecho al filo demasiado frágil, éste se engorsaba a poca distancia de llegar al borde debido a que era un agregado por soldadura de acero rico en carbono, lo que le daba dureza a la vez que robustez para aguantar los impactos, estas características reafirman su condición de especializada arma de guerra alejándola años luz de las vulgares hachas de talar.
Universidad de Oslo

¿Y cómo me decidí a hacer una?, si bien ya había hecho algunas de tamaño mas discreto tenía desde hace mucho tiempo la idea de hacer una realmente grande, en los límites de las mayores descubiertas, pero seguía como una idea brumosa en la niebla de mi tibieza hasta que apareció alguien que quería encargarme expresamente algo así, rápidamente coincidimos en todo como que el tipo de hacha más bonito y elegante de todos los que clasificara el profesor Jan Petersen es el tipo L, ya he dicho que es mi favorito, sobre todo por el extraño angulo de su filo: muy impráctico como herramienta pero muy bueno como arma. Además ofreció pagar por adelantado, así que...

 


Lo primero que hice fue seleccionar el material, chatarra en términos poco amables: una pletina y un trozo de placa oxidado. Mi idea fue doblar la pletina en U para hacer el ojo que abrazaría un trozo pre cortado de placa que sería la hoja.



Así pasaría a soldar a calda ambas piezas que ya sabemos que es él método histórico, en este tipo de situaciones lo mejor es tener un ayudante (que no tengo) para maniobrar las dos piezas y armarlas en caliente, en su ausencia se pueden mantener unidas con unos puntos de soldadura eléctrica (que tampoco tengo) o amarradas con unas vueltas de alambre como ya he hecho en otras ocasiones, pero en ésta no era lo mejor, así que opté por una vieja idea que hunde sus raíces en los lejanos y oscuros orígenes de de este blog: remaches. Déjà vu:


Jajaja, pero como pasa el tiempo, hice esa hacha hace más de diez años ensamblada con remaches hechos de clavos, aún la tengo y la verdad dá lástima de lo fea y endeble, pero fue un gran laboratorio de pruebas para mí en lo que a trabajo en metal se refiere, y me plantó en la cabeza una idea importante, y es que los remaches unen piezas muy fuertemente, y aunque en conjunto hagan un nuevo objeto las piezas siguen manteniendo su independencia formalmente, ya era hora de borrar esa frontera.
Se me ocurrió armar las piezas con remaches para mantenerlas unidas y así soldarlas a la calda, tampoco es que este inventando el hilo negro; he visto que esto de remachar antes de soldar es algo que se hacía mucho en la rejería, varias veces ante alguna antigua obra de rejería forjada me he preguntado exprimiendome la cabeza cómo harían para armar aquella cosa, como la habrían armado en partes y como harían para soldarlas, entre cuanta gente tenían que maniobrarla etc., los remaches resuelven muchos de esos misterios.
 Los remaches mantienen las caras muy apretadas y ajustadas, lo que facilita bastante la soldadura, y aunque estrictamente solo tienen esa función y la soldadura por si misma es la que se basta para conformar el hacha, lo cierto es que los remaches al haberse soldado en todas direcciones y ser espigas sólidas que transversalmente abarcan el hacha de lado a lado, están allí aportando una solidez extra sin duda alguna.

Todos esos remaches se perderán en la soldadura a calda, como lágrimas en la lluvia.



A soldar en la fragua, siempre con abundante bórax.




Una vez bien unificadas ambas piezas el engendro ya tiene la tosca forma de un hacha, pero en vista de lo grande y pesada que era por el grosor de la hoja, recorté bastante esta última.


Entonces forjé un poco para adelgazarla y extenderla.


Tomó una apariencia mucho mas convincente, recuperó su anchura pero ya con mucho menos peso.



Hasta ahora todo ha sido fierro y muy delgado, así que es momento de ocuparse del filo. Lo histórico era agregar una pletina de acero doblada en V abrazando la hoja de hierro, pero lo lo hice de otra manera que se me ocurrió... en dos mitades soldadas, una a cada lado de la hoja encontrándose en el medio, corté dos pletinas de un viejo muelle de automóvil, el clásico acero 5160, y las forjé a fin de adelgazarlas y curvarlas un poco.


Desbasté para limpiar el metal en las caras interiores, así como el borde de la hoja del hacha, una vez más usé remaches para armar el conjunto, así que hice los correspondientes agujeros:


Y remaché usando clavos cortados.



Otra vez a la fragua para caldear, sin olvidar el bórax.


Se me pasó un poco el tiempo de calentado y un borde de la hoja de se fundió ligeramente, lo bueno es que esa parte de todas formas iba a ser recortada. En esto de la forja entre uno más se mete más se van complicando los parámetros y más se está expuesto a cagarla.


Los primeros golpes suenan como si se golpeara un saco de grano, uno siente el martillo haciendo ceder el material, incluso creo que se puede escuchar el aire de las hendiduras desplazado hacia afuera, cuando se empiezan a escuchar "TINGS" bien agudos y fuertes nos damos cuenta de que lo que eran tres piezas se va convirtiendo en una sola.





Una vez consolidado el filo me puse a forjarlo dando una forma ojival básica como en cualquier hacha


Marqué lo que habría que cortar en la silueta, la parte fundida se va.



También en este punto aproveché para limar todos los bordes, el interior del ojo y todo lo que hiciera falta alisar con su terminado final.
Comenzamos con el "calvario" del pulido, empecé con una piedra de afilar de carburo de silicio para rectificar las caras del filo, todo este junto con las lijas es un proceso que odiaba en mis inicios, pero no se por qué actualmente hasta me parece terapéutico y se me pasa volando, hay algo al borde de lo místico en dejar el acero desde un estadío burdo hasta uno refinado con tu esfuerzo muscular.



Ahora si ya se parece a lo que deseaba largamente.



Siguen los tratamientos térmicos, el temple:



Y el revenido hasta el color bronce oscuro:


A pulir, bueno eso ya lo he explicado entero en esta entrada, son varias lijas y un poco de esfuerzo, ya uso un disco se tela para el taladro también, cediendo a los mas recientes avances tepsnolójicos.



Queda muy chula, el filo es todo lo que pulí, quizá históricamente lo que les gustaba era pulir el hacha entera, así como hacerles cincelados o incrustaciones de alambre de metales no ferrosos, incluso pudieron haber estado pintadas, pero dejaré todo eso para algún futuro incierto. Por ahora me encanta ese contraste entre el hierro negro de forja y el acero pulido a espejo, sin escaparse de conservar algunos martillazos.


Hasta aquí llega el proceso de la cabeza del hacha, lo demás fue sólo encabarla pero de eso ya no seguiré escribiendo por no alargar la entrada, para eso está el vídeo. Utilicé un mango de azadón comprado en la ferretería, mide 1.25m, es la mejor manera que tengo para conseguir un palo recto de madera dura, es de encino, aquí en México se le le llama "Encino" a varias especies de la familia Quercus, la misma que los robles, madera dura y correosa ideal para este menester.

Todo lo que queda es mostrarles fotitos del bicho en su evolución final:


Es impresionante, lo primero que me vino a la mente al empuñarla y menearla apenas terminada fue algo así como: "¿pero quién mierda se atrevía a soltar tajos con esto contra otros seres humanos?", entonces recordé que actualmente existen las armas nucleares, químicas y biológicas y ya, se me pasó.





Jugando al huscarl en chándal por gordo. 
Aunque en la recreación histórica es común ver mangos rascacielícos (sospecho que tiene mucho de compensación, traumas y competencia), la longitud de éste resulta perfecta dentro de los parámetros de los registros arqueológicos, incluso tirando a grande, sobre este tema y en general sobre las hachas danesas dejo este enlace, invaluable fuente de recursos que recomiendo encarecidamente:


También éste de la Universidad de Oslo sobre la reconstrucción de la famosa hacha de Langeid, el epíteto del tipo M, hay un video excelente de como hicieron el hacha desde cero con elementos enteramente históricos.


Y éste otro sobre las hachas vikingas encontradas en Gran Bretaña, hay muchas fotos de todas las tipologías.


Y ahora si, el vídeo sobre el hacha que subí a mi canal de YouTube, contiene todo lo de esta entrada y más, (incluso me puse a jugar al gordo de Cold Steel, por cierto, tengo que cuidarme para no emular su volumen también):


Eso ha sido todo, me voy porque el mecenas que se quedó con esta bestia también me hizo otro encarguillo que ya mostraré pronto, un saludo.

4 comentarios:

Amo del castillo dijo...

Soberbia, Sr. Ismael. Sin duda alguna, sus cuñados le pedirán de rodillas que se digne partirles sus despreciables e indignos cráneos por la mitad con esa maravilla. Cada día se supera más, juro a Cristo.

PAX TECVM

Ismael dijo...

Muy agradecido, Sr Amo, me alegra que le guste.

Las hachas son todo un tema, ya hasta me planteo dedicarme solo a ellas; el mundo cuchillíl está saturado y es de gustos pobres y grabados en piedra, el espadil es pequeño e incomprendido, pero el hachíl parece una excelente veta, a fin de cuentas sigue siendo una herramienta básica, y una pequeña es más útil de lo que cualquier cuchillote Bowie sobredimensionado, y eso sin contar lo divertidas que son de hacer.

Ah, usted y yo ya lo quisiéramos harto, tales seres tienen una autoestima proporcional a su mezquindad y no se les ocurre dejar de existir por nada, a lo sumo prestarsela a un grupo de ello esperando que se maten entre si por error al replicar para impresionarse lo que vieron en el History.

CURAT UT UALEAS

Amo del castillo dijo...

Haga una cosa... Distribuya dos docenas de hachas entre otros tantos cuñados. Les dice que es para rodar un documental, y que se dividan en dos bandos y se den estopa con saña bíblica. Con suerte solo quedará uno en pie, y a ese lo escabecha Vd. mismo para darse el gustazo, jojojojo... Por cierto, no olvide el macho riojano. Con ese modelo puede triunfar allí en su tierra.

PAX TECVM

Ismael dijo...

No lo olvido, Sr. Amo, ya se verá pronto una versión mía de tal bello cuchillo.

CURAT UT UALEAS