"A furore Normannorum libera nos, Domine"
O: "De la ira de los hombres del norte líbranos, Señor". Así se rezaba en los monasterios britanicos luego que en el año 793 unos forasteros llegados por mar sin temor o siquiera conocimiento del Dios verdadero se personaran en el monasterio de Lindisfarne a saquear y a probar la eficacia de sus hachas en las tonsuras de los santos varones consagrados allí. Y sobre esas armas va esta entrada.
Escribo simplemente por procrastinar un poco, y porque si otras veces he pecado de no tener que mostrar, ahora voy a regodearme de si tener que. Forjé un hacha vikinga, un tema que tenía pendiente desde hace años cuando hice una entrada sobre como modificar un hacha industrial para darle aspecto de vikinga (por mucho la entrada mas popular en toda la historia del blog), ahora que tengo yunque era tiempo de reabordar el tema por otro lado, si bien en esta ocasión no hay mucho proceso que mostrar pienso hacer mas hachas pronto, así que ya habrá ocasión de documentar.
Primero, estudiando la tipología de hachas vikingas me decidí por el tipo "L", el más bonito y elegante a mi parecer, con una forma que recuerda a la famosa "francisca", con una punta adelantada y elevada, y un filo que cae hacia el mango lo cual le da una gran capacidad de corte de "jalón" y de ofender con ambas puntas, muy diferente a un hacha con el filo paralelo al mango, con esta forma es bastante inútil como herramienta, es decididamente un arma.
Se la suele confundir mucho con el archiconocido tipo "M", la típica hacha danesa con la que comparte las lineas generales, pero la M tiene una hoja mucho mucho más ancha y un filo kilométrico, las formas de la L son mas gráciles.
Tipo M |
Tipo L |
Aproveché una barra de acero que tenía desde hace mucho, es acero al carbono, creo que por el orden de 1070, la compré en un puesto de herramientas usadas, originalmente era un gran punzón de albañil. Comencé aplanando la hoja y perforando con un cincel el ojo del hacha:
Luego a golpes darle a todo una forma mas típicamente hachíl.
Un poco más (véase el tas de sección oval que me hice para usar en el yunque, ¡me siento tan fucking pro!....).
Ahora es cosa de desbaste, un poco de esmeril y mucho de limas.
Finalmente a templar, luego a pulir el filo y a encabar, usé un mango para hacha de madera de encino comprado en la ferretería, tuve que tallarlo para ajustarlo a ésta, metí la cabeza del hacha desde arriba y la ajusté metiendo al centro del cabo una cuña de la misma madera, seguida por una de hierro de forma transversal, una manera muy histórica de hacer las cosas pues es frecuente que con las hachas originales aparezcan sus cuñas. Con la sola presión debería bastar, pero esas embarradas de resina epóxica tampoco estorban.
Y así quedó terminada:
La cabeza mide 19.5cm de largo y el filo 10.5cm de ancho.
El mango midde 89.5cm, para usar a dos manos.
Pesa entera 1320g, se maneja bastante rápido y es aterradora. Puede que la cabeza parezca chica como para usar a dos manos, pero nada de eso; ya es un hacha danesa en toda regla, existen ejemplos de mangos preservados bastante largos para hojas chicas, y al tener esta en mano se entiende que aquella gente sabía lo que hacía.
Y eso es too por esta vez, estoy muy contento con este trabajo, tengo ganas de seguir explorando otras tipologías. Nos leemos pronto.