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17 de abril de 2011

Cota de malla......¡Por fin!

Está será una entradita rápida, paradógicamente para un trabajo muyyyy lento: mi cota de mallas.

Esta esta pieza defensiva es una de las primeras cosas en que te fijas y que tanto te sorprende cuando eres un neófito en esto de la recreación histórica, aunque a m{í ya me aburre, no es que yo ya no lo sea, para nada, pero es que cuando un par de decenas de miles de anillitos de fierro han pasado cada uno por tus manos, digamos que pierde encanto.

Contrario a mí costumbre esta vez no tengo fotos de la construcción ni pienso explicar nada, que ya hay muchos lugares en internet donde te lo explicarán sobradamente, por supuesto el mejor de todos en la lengua de Cervantes es la página del maestro Julio del Junco.

Una cota de malla o lóriga, joruca, hauberk etc, es básicamente una camisetota hecha de malla compuesta por muchos (muchos de verdad) anillitos de metal engarzados unos con otros. Una prenda muy peculiar que al igual que hace siglos, pone a prueba tus dotoes de contorsionista cada vez que te la pones y de escapista a lo Houdini cuando te la quitas.

Desde la Atigüedad y en la Edad Media estaba destinada a proteger el cuerpo de los combatientes de las armas blancas (y eso de combatientes ricos, porque no era nada baratita por aquellos entonces), hoy está destinada al uso de los frikis que se sienten muy poderosos con ella encima (y a hacerles perder mucho tiempo haciendola) y a verse chingona en películas.

Pues entonces mi cota de malla es un vulgar lorigón de simple y vanal malla enfrentada, haaaa que bueno, que ahora que lo recuerdo quiero dejar algo bien en claro:

Toda la malla utilizada históricamente en combate era remachada, es decir que cada anillito estaba solapado y cerrado por un pequeñisimo remache lo que la hacía fortísima, muy difícil de penetrar aun con ataques punzantes:

Como se puede imaginar esto es un trabajo muy tedioso y largo (¡cabronamente largo!), por eso lo que muchos hacemos hoy es simplemente cerrar los anillos enfrentando sus bordes, algo mucho más fácil y rápido, aunque para nada funcional puesto que al primer piquete de una flecha lanza u espada los anillitos se abrirían.

Así pues paso a mostrar mi cota de mallas terminada al fin después de muchoooo (deverás ya no lo recuerdo) tiempo, con intervalos de meses de abandono y pocos destellos de trabajo dedicado, pero felizmente acabada justo a tiempo para el X festival medieval de Guanajuato.


Es muy común en la recreación usar para esto alambre galvanizado, con la gran ventaja que tiene en cuanto a resistencia a la oxidación, yo me debatí mucho: que si no tiene un aspecto muy histórico, que si es demasiado brillante y glamouroso.....en fin que decidí usar alambre recocido de fierro, ese común que usan los albañiles.

Y puesta en todo su esplendór; (siganle la corriente al modelo, el wey piensa que queda guapo, no le hagan saber que hace el ridículo)



Las anillas tienen un diametro interno de entre 8 y 9mm, puesta me llega un poco por encima de las rodillas, mención para mi colega Iaver der Smitur por su amable ayuda con el tema de las contracciónes en la espalda. Tiene aberturas laterales en el faldón para facilitar el caminar, estas aberturas son propias se la infantería, porque no tengo caballo y soy un simple peón, lórigado pro peón al fin. El peso resultó muy contenido para lo que esperaba: "tan solo" 11.640 kg.

Listo, otra cosa que puedo tachar de mi lista de cosas por hacer antes de morir.

¡Saludos!

16 de septiembre de 2008

Los guantes de malla: The metal hand

Saludos compañeros y todo aquel que llegue a leer esto. Ultimamente ando abundante en ideas, pero no así en trabajo real, así que mientras pongo algo más novedoso esta entrada entrada esta dedicada a algo bastante simple para no tener esto tan abandonado: unos guantes de mallas.

Puesto que están de moda entre la comunidad armera también me hice unos, para conocer los pormenores hay que visitar a León, el iniciador de esta tendencia.

En la Edad Media, la malla se puso sobre cualquier lugar posible del combatiente incluyendo las manos, entonces lo habitual eran los mitones, unos guantes con todos los dedos unidos excepto el pulgar para manipular las armas. Me gustan pero me decidí por otro modelo al parecer menos usual, posteriores al siglo XII que son los guantes con cada dedo separado, se ven bien y creo tienen mejor movilidad. Gracias al sentido obsevador de Polo sabemos que parecen en la biblia de San Luis mejor conocida como biblia de Maciejowski y son por tanto históricos:

















Aparecen como una pieza unida a la loriga, pero también he visto algunos independientes, su base es un guante de cuero con malla cosida a el protegiendo el dorso y los dedos dejando libres las palmas.
Hacerlos es muy simple, para comenzar necesitamos un par de guantes de cuero que te queden bien y sean cómodos, pero ayuda que te queden un poquito grandes. Yo utilice unos de trabajo que tenía por aquí.

Para estos lo primero es despojarlos de cualquier elemento que los haga ver modernos, fuera correas y cantos de tela. Luego tejemos la malla, si es que estas leyendo esto entonces hacer malla debe ser de lo más simple para tí, aunque existe la remota posibilidad de que no, entonces es mejor que vayas con el Maestro. En esto voy emplear simple mallita enfrentada de alambre galvanizado, que la de verdad remachada es harina de otro costal. La malla debe cubrir el dorso de la mano y cada dedo por separado, es básicamente un rectángulo para el dorso y tiras para los dedos, las costuras del guante sirven como referencias para hacerlo:



Entonces cerré la zona de la muñeca con un poco mas de malla para rodearla, hay que ponerse el guante y medir primero para que no quede muy ajustado o exesivamente flojo. Con esto la malla toma una apariencia más cercana a unas manos.



Necesitamos realizar unas expansiones horizontales para unir el pulgar con el dorso, pueden resultar un poquillo complicadas pero no cuando lo entiendes bien, se pueden ver mejor con Axil.


Lo siguiente es unir la malla terminada a los guantes de cuero cosiéndolos, necesitamos un hilo fuerte -yo use cáñamo- de preferencia hay que hacer los agujeros con otra cosa, un servidor empleó una ajugota, para pasar una pequeña con el hilo después, lubricarla también es buena idea.

Y a coser, yo lo hice cosiendo anillo por anillo al cuero, una vez mas las costuras del guante son una excelente guia. Es posible que se complique un poco el acceder a las partes mas altas de los dedos desde adentro, especialmente las puntas, pero se soluciona metiendo y empujando y jalando desde afuera la aguja con unas pinzas o alicates de punta. El método antes descrito es bueno, pero tiene el de talle de someter las agujas a mucha tensión, después de quebrar un par de ellas en el primer guante experimenté destemplando la siguiente en la estufa, solo la parte del ojo la mas propensa a quebrarse y u poquillo mas arriba, quedando mucho mejor y con ella cosí lo que me faltaba y todo el siguiente; aunque necesita enderezarse de vez en cuando.

Haaaa... pero como pasa la vida, ¡apenas ayer lo estaba cosiendo y hoy ya puede pararse solito!

Cuándo lo termines de coser y le heches un buen nudo quedará terminado, haora sigue el otro...


Y fin, eso es todo por esta ocasión, nos leemos luego y feliz Día de Muertos.




The metal hand