Esta mañana estuve trabajando en una de esas cosas poco comunes que me divierten mucho y la documenté, es algo que recuerdo haber mencionado en otra entrada de forma muy superficial, igual lo que mostraré es muyyy simple no habrá ningún trabajo terminado, solo un pequeño proceso, así mientras almuerzo no esta de más darle algo de vida al blog con ello.
La mayoría sabremos que el cuerno ya sea de toro o de búfalo, de carnero, antílope y demás animales (los ciervos se cuecen a parte) era algo así como el plástico de la antigüedad. Un material fácil de mecanizar, fuerte, difícil de romper, elástico, ligero e incluso bello una vez pulido, se usaba para todo tipo de cosas desde peines hasta cachas y empuñaduras de armas. Bueno, podría mostrarles exactamente lo mismo con un cuerno pero lo que tengo hoy es un casco de caballo. Los cascos de los equinos tienen las mismas propiedades aunque creo que son un poco menos densos y por tanto algo menos fuertes que el cuerno bovino, pero al final es una lámina de queratina con características equivalentes.
Lo primero es conseguirlos, a mí me basta con una salida por el campo a ver que rapiño, cerca de mi pueblo hay un lugar donde la gente arroja ganado muerto, sobre todo equinos porque aquí a esa carne a nadie se le ocurre comérsela, ocurre ocasionalmente de modo que nunca he visto que se acumulen cadáveres, los animales carroñeros se encargan rápido y lo único que hay siempre son huesos desperdigados.
Una mañana hace algunos meses anduve caminado por allí, escuchando los pájaros trinar y con el tibio sol sobre el rostro, no tardé en hallar lo que quería:
Encontré cuatro cascos creo que de dos individuos diferentes, aunque dos de ellos unidos aún a los huesos de las patas estando demasiado fresco el conjunto todavía. Los carroñeros de mi clase aprendemos cosas como tomar esas asquerosas extremidades y subirlas a un árbol para que los perros o coyotes no se las lleven haciendo virtualmente imposible su recuperación, allí se pueden quedar otros meses hasta que estén mas limpias y sin olor para llevármelas, que incluso los huesos largos me interesan. No hay prisa.
Pero pasemos a la transformación de esta materia prima. El casco del equino es como un vaso -creo que en algunos lugares le dan ese nombre-, tiene un fondo y un perímetro, lo que usaremos es el perímetro o pared que es la parte en permanente crecimiento y en contacto con el suelo. Y eliminaremos el fondo, que es más débil y de consistencia esponjosa.
Yo solo he usado cascos ya secos y limpios de carne por descomposición natural, como ya escribí incluso cuando los he hallado muy frescos nunca he tenido urgencia como para procesarlos de inmediato, en un caso así habría que cocer bien la pieza en agua con un poco de amoniaco hasta que el hueso del interior se desprenda y el casco quede libre de cualquier resto.
Con una segueta corto las uniones entre la pared y el fondo, es más una zona de transición entre ambas partes
Entonces es muy fácil eliminar el fondo partiéndolo con unos golpes y arrancando los restos con unas pinzas.
Y empiezo darle calor con el soplete usando una llama suave, el exterior se quemará un poco, pero no debe pasar de chamuscarse superficialmente, no hay que darle tanto como para que se encienda. Hace poco un amigo me prestó una pistola eléctrica de calor para hacer otro trabajo, nunca había usado una de esas, pero ya habiéndola probado creo que podría servir para esto también, y sin el añadido de mal olor.
El calor ablandará nuestro material rápidamente, entonces poco a poco voy abriéndolo, empujando solo cuando se sienta suave, cuando vuelve a ofrecer resistencia le doy un poco más de flama, la cosa es que siempre debe resultarnos fácil abrirlo.
Hasta que quede completamente abierto.
Bueno ya está derecho, pero no todo lo que puede estar, solo falta aplanarlo bien, le coloco encima otro pedazo de lámina de hierro, le doy un poco más de calor y lo prenso poco a poco.
Y eso es todo, queda bien derecha y así se quedará para siempre, hay alguna irregularidad pero es cosa de la diferencia de grosor del material que no es parejo, eso será asunto de desbastar.
Y ya tenemos un material muy amigable para trabajar, armados con una sierra fina, un taladro y algo de lija podemos hacer cachas, separadores para cuchillos...en recreación histórica se pueden hacer todo tipo de cosas cosas como peines, hebillas, cubiertos, colgantes como cruces, botones, fichas de juego etc.
Como dije podría haber mostrado lo mismo un cuerno de vacuno pero usar cascos es menos común, en todo caso es exactamente lo mismo para las paredes del cuerno que es hueco, la diferencia es que este nos ofrece una punta maciza, además de los cuernos podemos obtener láminas mas grandes y de mayor grosor. Admite un pulido muy alto, este en concreto es completamente negro, pero con alguno claro al pulir se pueden encontrar lineas o manchas interesantes.
La parte negra de la cacha de este cuchillo es casco de caballo:
Y en este cuchillo las cachas son de casco de caballo, en este caso de color blanco:
Eso sí, haré una de mis escasas advertencias de seguridad porque esto lo amerita: Al cortar, desbastar o agujerar este material sin importar si la herramienta es manual o eléctrica (con mucha mayor razón si es eléctrica) hay que usar protección buco-nasal y tratar en lo posible de colectar y deshacerse del polvillo que se genere pues es muy peligroso si se inhala, usando a ser posible una aspiradora. Conozco el caso de un artesano que sufrió una infección pulmonar debido a esto.
Bueno eso es todo, queridos lectores, me vuelvo a lo que estaba.
Un saludo.