Cuando uno quiere comenzar a jugar al herrero la herramienta más compleja de encontrar o de sustituir de forma mínimamente decorosa es el yunque como ya lo he apuntado alguna vez antes, dejando de lado la fragua, las tenazas junto a los martillos son de las mas fáciles de subsanar puesto que existen un montón de herramientas comunes que pueden cumplir su función aunque sea solo en una etapa muy básica, si logramos mantenernos razonablemente enteros, con pocas quemaduras y con los ojos y dedos sanos, lo correcto sería irse buscando y/o construyendo tenazas más en forma.
Lo que usé para sostener un hierro al rojo por vez primera fueron unas pinzas mecánicas ajustables, esas con los mangos azules, ni siquiera las tuve que conseguir porque fue lo primero que encontré en casa, luego compré esas pinzas de presión que se ven más abajo, había leído en foros en aquellos años que eran una gran opción y muy segura para iniciarse porque aprietan fortísimo sin tener que hacer esfuerzo.
La verdad me fue bien con las de presión, aunque tienen la limitación de que lo único que aferran óptimamente son soleras/pletinas, así que son perfectas por ejemplo para hacer cuchillos a partir de elásticos de automóvil que es lo que más hago. Su limitación es que necesitan de manipulación extra para abrirlas y cerrarlas, lo que causa problemas si necesitamos estar volteando o cambiando el agarre de la pieza, amén de que son cortas, lo que mantiene la mano muy cerca del metal caliente y eso pasa factura cuando empiezas a manipular piezas de volumen importante, y no me refiero a que la pinza se caliente por que los tiempos de manipulación no dan para tanto, sino a la puta radiación que sale del metal caliente, viaja por el aire y te quema la mano, lo particular de este fenómeno es que a diferencia de cuando te quemas de repente con fuego o un objeto caliente y tu sistema nervioso se satura de dolor y te apartas en automático de la amenaza, aquí no, no se siente tanto y el dolor puede mantenerse en un nivel muy soportable que te hace continuar, pero no te das cuenta del daño que te está haciendo hasta que ves que que tienes algo así como ampollas blancas, muy dolorosas y llenas de líquido en lugares como los nudillos, la parte superior de los dedos y el pulgar; así que es mejor tener las manos lejitos, la zona de peligro está muy localizada y a unos 30cm ya no pasa nada.
Pero la teoría supremacista de los herreros se basa en buena medida en que es el glorioso oficio primigenio patriarcal super cool que fabrica las herramientas para los demás oficios, y claro, las suyas propias. Así que a menos que tengas dinero para salvar todos los obstáculos, o la suerte de encontrarte el ajuar completo de un viejo herrero en un galpón decrepito en algún pueblito perdido en medio de la sierra, lo normal es que mas temprano que tarde tendrás que acometer la empresa de hacerte tenazas decentes.
Estas las hice a partir de algo tan frecuente como pedazos sobrantes de varilla de construcción, permiten manejar pletinas y redondos de diferentes tamaños con seguridad, como son un proyecto simple y dependiendo de como se lo vea tienen una carencia importante: son pesadas, 1.5 kg, lo mejor hubiera sido estirar por forja los mangos afinando sus diámetros, aunque por otro lado creo que unas tenazas voluminosas menguan mucho las vibraciones, algo bueno para la muñeca del millenial intelectual promedio, y también la inercia extra viene bien al principiante por seguridad (lo sabe quien haya sentido el rebote o la sacudida de un golpe mal dado), además me ayudarán ya que tengo un trauma con el grosor de mis antebrazos, sobre todo el izquierdo y me da vergüenza usar manga corta.
Es todo, les dejo el vídeo, ya pueden ver que me voy cortando y esta vez logré quedarme debajo de los 10 min:
Nos leeremos, me voy a seguir contaminado el planeta haciendo cosas anticuadas e injustificables. Un saludo.