11 de febrero de 2020

Búho Abogado.


Ola ke ase, listo para asediar Minas Tirith o ke ase.

Vaya, me doy cuenta que esta es la primer entrada del año, y ya que estamos de regreso en los años 20s, algo de inspiración Art Déco.
Antes que nada, esta entrada tampoco tiene nada que ver con cuchillos o armas medievales o cualquier cosa hecha para matar o causar daño (al menos directamente), es otro ejercicio metalisteríco de un objeto con algún significado o utilidad que además tiene la presunción de verse bien y llamar la atención, entonces amantes de los filos resentidos por mi ablandamiento, y menguante sed de sangre, pueden abstenerse.

Es algo muy simple: una amiga abogada seguramente huyendo de lo cobra una casa fundadora seria, me preguntó si podía hacerle una placa metálica con los datos basícos para poner en el exterior de su despacho, hinchando mi ego con la combinación de palabras precisas y salvo por los datos dándome total libertad en el diseño, así que al poco tiempo ya estaba haciendo garabatos para evitar en todo lo posible una cosa rectangular rancia y aburrida.
Ahora, no tengo mucha idea de por que, ni me puse a cuestionarlo y tampoco importa, pero en México el símbolo por antonomasia de la abogacía es el búho, presente en cualquier oficina en forma de estatuillas, portaplumas, pisapapeles, impreso en logotipos etc. incluso un animalito de verdad disecado o labrados en la madera del mobiliario de teca si hay suficiente dinero y mal gusto; todo esto me parece súper kitsch y por ello divertido, ya saben como el cine clase B, así que mi diseñador interno se propuso abrazar la idea del silencioso predador nocturno.

Mi primera idea fue fundirla en aluminio, así que para alejarme de las estatuillas de pasta mal pintadas provenientes de China, me puse a diseñar algo elegante y de geometría robusta, a pocos pasos de lo abstracto, algo como salido de la serie animada de Batman de los 90s, algo inspirado en el Art Decó.



Trabajo sobre poliestireno porque en mi inocencia quería fundir eso en aluminio, serían cuatro piezas: una para la cabeza y el torso otra para la cola y ambas alas al final uniría todo con remaches usando tiras de hierro por detrás, así con la adición de remaches por delante obtendría una apariencia un poco mas ruda e industrial propia de principios del siglo pasado, pintaría la pieza por completo de negro para pulir solo las letras dejando el aluminio desnudo.
En mi cabeza todo tenía sentido, pero en la realidad, pues...


Fue un total desastre, dos veces, pequé de inocente pero aprendí cosas, el aluminio tiene un comportamiento muy diferente al bronce y si lo vuelvo a hacer será totalmente diferente comenzando por la preparación del molde.
El caso es que mejor con tal de ir a la segura volví al viejo y confiable hierro para salir del compromiso, evidentemente no tendría la soltura de formas que hubiera permitido una buena fundición pero podría hacer algo digno y pesado, bien pesado, más pesado que con el aluminio, sí, la gente asocia lo pesado con lo bien hecho y caro, lo aprendí en Jurassic Park.
Revolví entre mi chatarra y encontré una buena placa de 5mm de espesor, ademas de pedazos de menor grosor para las alas y la cola pues decidí mantener el mismo esquema de cuatro piezas unidas con remaches.



Lo que más me gustó fue la cabeza, traté de darle profundidad armándola en varias piezas a diferentes niveles, con algunos detalles en acero inoxidable.


Hice las nuevas letras en acero inoxidable de 1.6 mm de unos retazos que pude conseguir hace tiempo pero no había usado, tiene mucho carbono y está templado, perfecto para hacer pequeñas hojas de cuchillo solo teniendo cuidado de no calentarlo al recortar, y ésta fue la parte mas larga y tediosa; esmeril y lima, y más lima, y más lima, sobre todo fueron pesadas las pequeñas del nombre y el horario, debería conseguirme una cortadora láser. Para éste punto ya había quedado atrás el inicial refinamiento del Art déco para pasar a algo decididamente más bruto y manual.



No tomé fotos, pero los caracteres pequeños tienen una prolongación hacia abajo donde hay un agujero por el que pasa un remache que atraviesa la propia chapa también, así cada letra está sujeta, para ocultar esos remaches agregué una tira de hierro por encima que hace de renglón y está sujeta con remaches visibles en sus extremos, en la foto superior tienen unas tiras de papel para el ajuste, que luego fueron sustituidas por las de hierro.


Cómo iba a estar a una buena altura se me ocurrió que con este sistema las letras podían inclinarse un poco hacia la calle de modo que fueran más fáciles de ver, puede que parezcan frágiles pero son muy duras y la placa colocada bien alto como para dificultar mucho el posible vandalismo.

Y eso es todo, finalmente la instalé en su sitio anclada con pernos expansivos, y de lejos no se ve tan mal.


 Iba a poner mas acero inoxidable en las alas, en forma de plumas muy abstractas, pero me pareció que iban a quitarle protagonismo a las letras y así quedaba mejor.


Eso es todo, me sorprende como me las arreglo para hacer como que publico con algo tan simple y bruto. Gustó mucho y cumplió, aunque no fue lo que yo quería y tengo pendiente volver a intentar con el aluminio, que no se me puede resistir por siempre.