Hola,
mis muy estimados lectores. Si, ya sé que se me pasó un mes entero y casi otro sin
publicar, pero soy un millenial repugnante poco serio y sin tolerancia a nada,
así que una recaída era de esperarse, pero finalmente heme aquí. Aviso que el plato fuerte de ésta entrada es un vídeo que he subido a YouTube, pero como esto es un blog y no quiero salir a deshidratarme con el puto calor que hace voy a mantenerme al fresco de mi centenaria casa de adobe y escribiré un poco.
Seguiremos
con el tema de las hachas, hoy tratamos sobre el origen del
famoso tomahawk, un arma-herramienta que mis lectores habituales saben, me produce particular interés.
San Isaac Jogues y compañía a punto de entrar a la gloria cortesía de los mohawk, resulta curioso que les van a golpear las cabezas con sus hachas de revés, no querrán ensuciar demasiado, supongo. |
Para los expedicionarios, colonos y especialmente para los comerciantes europeos las
herramientas metálicas eran una moneda muy útil a la hora tratar con gente que vivía
en un mundo de piedra, madera y hueso (hasta que decidían emplearlas contra ellos mismos), en general el hierro era un elemento raro y valioso en América que siendo relativamente económico en Europa podía reportar muchas ganancias al llevarlo e intercambiarse por productos valiosos, principalmente las pieles, a fin de cuentas todo metal que pudiesen obtener los indígenas tenía que ser vía los europeos, ya fuera comprado o robado; de hecho esta situación se extendió por siglos y no eran solo los indios los que dependían del metal del Viejo Mundo, también los colonos europeos y sus descendientes, puesto que las metrópolis impusieron una fuerte protección al metal usando sus colonias como mercados donde vender la producción propia o la que revendieran sus comerciantes, si existía la artesanía de la transformación del metal en objetos útiles pero el hierro bruto no se podía producir en el continente so duras penas.
Así los primeros tomahawk provienen de
hachas que los europeos comerciaban con los indígenas, sobre todo hachas de tipo vizcaíno, que tenían su origen tanto de la zona vasca de Francia como de la española,
importante centro metalúrgico del momento gracias a su sistema de ferrerías:
Sobre todo los franceses comerciaban estas
hachas con los indios desde el siglo XVI, pero también los ingleses
obteniéndolas de la misma zona, y en mucha menor medida los
españoles, incluso los ingleses llegaron a llevar ese tipo de hachas a Australia donde terminaron en manos de los aborígenes. Por otro lado de los ingleses y holandeses y los mismos franceses los indígenas norteamericanos obtenían también hachas navales o de abordaje (ver la entrada al respecto del Amo del Castillo), armas-herramientas reglamentarias de las marinas de guerra de la época que tampoco faltaban en los navíos civiles por su eminente utilidad, éstas darían lugar a los más famosos tomahawk con punta en la parte trasera, pero eso es material para otra entrada.
Como se trata del origen solamente, no entraré en como adquirió su nombre de origen indio y se incorporó a la cultura estadounidense llegando por ejemplo a ser parte de la panoplia del soldado yanqui actual, todo eso da para una entrada a parte. A quien le interese la historia del primigenio comercio de hachas en América recomiendo encomiablemente éstas webs, unas verdaderas minas de oro sobre el tema:
Como se trata del origen solamente, no entraré en como adquirió su nombre de origen indio y se incorporó a la cultura estadounidense llegando por ejemplo a ser parte de la panoplia del soldado yanqui actual, todo eso da para una entrada a parte. A quien le interese la historia del primigenio comercio de hachas en América recomiendo encomiablemente éstas webs, unas verdaderas minas de oro sobre el tema:
Regresando
a las hachas vizcaínas, se trata de hachas de diversos tamaños, desde muy
pequeñas y estrechas como la que mostraré, muy adecuadas para llevarlas colgadas al cinto sin que su poco peso agobie, y además de herramienta para usarlas como
armas aterradoras, hasta hachas muy grandes y robustas, de filos anchos para las más pesadas
labores de tala. La característica más importante de estas hachas vascas es su
perfil, pues el arranque de la hoja no ocupa toda la longitud del alto del ojo
dando lugar a una especie de muesca angular en la parte inferior de la hoja, aunque más que una muesca de trata de un alargamiento del ojo llamado "salvamango", aumentando su superficie de contacto con el mango; el filo puede proyectarse
hacia abajo superando el nivel del ojo, a veces incluso el lomo cae curvándose llegando
en algunos casos, a tener una especie de joroba:
En el siguiente vídeo podemos ver la forja tradicional en de un hacha de este tipo en Aragón, muy cerca de la zona que nos ocupa. No es lo que yo he hecho pero lo intentaré en el futuro, es una verdadera belleza:
El ojo
tiene una ligera forma de cono con la base en la parte superior, el cabo entra por arriba y se desliza hasta topar cerca de
su propio extremo como en los picos, la forma sin lugar a dudas más segura de encabar un hacha, y también la más fácil pues bastaba labrar con un cuchillo o con la misma cabeza de hacha cualquier rama de madera dura hasta lograr el ajuste e introducirla, un detalle muy importante en un territorio donde las herramientas no estaban sobradas precisamente. Fue un
diseño que llegó para quedarse: influenció a las futuras hachas de Canadá y los
Estados Unidos y es el tipo de hacha predominante en Latinoamérica, debió ser
el más favorecido por los españoles o probablemente el tipo más fácilmente
disponible a la par que de mejor calidad a la hora de traerse una herramienta tan vital como el hacha a una
vida nueva en un continente desconocido, y cuando empezaron a forjarse acá fue
siguiendo esas mismas formas. Es el tipo de hacha que siempre he visto por
aquí, tanto en ejemplos antiguos de herrero como en industriales viejas y
nuevas, y la gente del medio rural que de verdad las usa lo prefiere despreciando otras tipologías producto de la globalización del comercio actual, yo creía
que era solo costumbre pero no, la manera de trabajar va en consonancia con
la forma de la herramienta.
Ahora
bien, como decía al inicio esta entrada trata sobre un hacha que forjé a semejanza de las pequeñas hachas de comercio que originaron el tomahawk. Mi hacha adolece de muchas de las características de las vizcaínas
tradicionales, para empezar no la forjé como debió ser; con una pletina doblada
en U y una pieza central de acero para el filo, sino que perforé el ojo en un
bloque de hierro y soldé una pletina de acero para el filo, tampoco tiene ojo
cónico y está encabada con cuñas, resolví la forma con corte y desbaste cuando
debería ser puramente forjada….. En fin, pero al menos de lejos puede que de un
aire a lo quería emular: algo por ejemplo como
una pequeña hacha vizcaína que cayó en manos de un indio de Los Grandes
Lagos, quizá trocada a los comerciantes franceses por pieles de castor y que pasó en sus
manos a ser una herramienta todoterreno y una temible arma a la hora de salir a
buscar las piojosas cabelleras de sus enemigos. Entonces sin más les presento el vídeo (sí, es laaargo pero así de ambicioso soy con mi capacidad para atraer atención):
Catálogo de una empresa sueca de hachas a mediados del S.XX, presenta las hachas que fabricaban específicamente para el mercado latinoamericano apegándose a los estilos locales, todas de claro origen vasco.
Y eso es todo, intentaré no volver a ausentarme tanto tiempo, y me voy porque tengo pendientes mas temas hachiles.
Saludos.