1 de febrero de 2010

Daga de rodelas

Les saludo nuevamente horda de metalofilos y todo aquel que llegue por estos parajes.

Ya tengo mucho tiempo sin publicar algo nuevo, entre otras cosillas es básicamente porque no he hecho nada nuevo XD, el pasado semestre prácticamente estuve detenido debido a la Uni , durante Diciembre tuve la oportunidad de integrarme a la población económicamente activa dentro de mi área de estudio, una muy buena experiencia pero en demerito de mi adicción al hierro.

Pero como jodido adicto que soy no logré recuperarme del todo, así que trabajé durante varios fines de semana y recién terminé algo nuevo, no es espectacular pero traté de documentar el proceso y hasta tomar algún videíllo pésimo, porque no se a ustedes pero a mí me encanta ver fotos de procesos (además después de tanta sequia, debía llenar esto con algo oiga).

Se trata de una daga de rodelas, o de rodela, lo que los anglosajones llaman rondel dagger. Es una daga bastante moderna para loque me suele interesar, popular en Europa occidental halla por los S.XIV-XV, En myArmoury, tienen un excelente artículo al respecto.

Es famosa también por su aparición en manuales de esgrima antiguos. Generalmente eran armas de hoja larga y estrecha de uno o dos filos, su peculiaridad es que en vez de pomo y guarda tenían unos discos metálicos, seguramente de allí su nombre. Desde que la vi por primera vez, me enamoré y decidí hacerme una.

Primero a buscar el material, lo que tenía a la mano era un disco de arado al que he ido sacando algunos pedazos. Es acero 1070, excelente pero durísimo, primero necesito destemplarlo, porque si no, no le hago ni cosquillas con la segueta. Meto en la fragua el lado que voy a destemplar y la caliento hasta el naranja brillante, para esto hay que pasar la temperatura crítica del acero, una buena forma de saber cuándo lo hemos hecho es acercar un imán a la pieza caliente, cuando ya no lo atraiga está en su punto. Cuidado que mucho calor es malo y podemos “quemar” el acero. Lo mantengo así unos 15 min, lo dejo dormir toda la noche en las cenizas y al día siguiente está bien suavecito.

Entonces corté un buen pedazo con la sierra de arco o segueta.

Ahora vamos a la fragua y a forjar, la pongo bien cachonda, para que no se resista y le meto sus madrazos.

Hay que tratar al acero con cariño, golpear solo cuando está bien caliente y desplazar el material poco a poco sin formar arrugas….

Un poco más....

Hasta que tuve en mis manos algo que se ya se parecía a una daga.

A sí, antes de que se me olvide: Cuando estemos completamente seguros de que la espiga está terminada podemos usarla para lograr un ajuste perfecto en un cabo de madera, necesitamos el trozo de madera destinado a ser el cabo, ponemos la espiga al rojo y “excavamos” quemando con ella en la madera, primero le hice un agujero con el taladro a la madera para usarlo de guía y luego forcé la espiga al rojo atreves de él. Pero con cuidado no te vayas a quemar….

Bueno, una vez que la hoja ya tiene una forma medio decente comienza la diversión; agarro mi lima y comienzo a tallar y tallar para emparejar la superficie de la hoja, este desbaste es superficial, la verdadera forma debe venir dada desde la forja.

El primer tratamiento térmico es el normalizado, metí la hoja a la fragua y repetí lo mismo que hice cuando todavía era disco de arado, con este enfriamiento lento buscamos aliviar las tensiones que pudo haber generado la forja y así prepararla para el temple.

Aquí viene la parte interesante: el templado, es sin duda el punto culminante del trabajo, no importa que hayamos hecho bien todo lo demás, si la cagamos aquí ya valió. Esta parte me daba recelo, por las dimensiones de la hoja temía un cagazo épico. Debo agradecer al maestro Don José Dujmovic del foro Armas Blancas por sus consejos.

Hay que asegurarnos que la temperatura en toda la hoja sea lo más pareja que se pueda, así como que se caliente a una velocidad lo mas uniformemente posible, para esto metí primero a la fragua un tubo de hierro bien aplastado en un extremo para cerrarlo, lo cubrí con carbón y esperé a que el conjunto alcanzara una temperatura pareja, entonces metí la hoja en el tubo y aguardé a que llegara a su temperatura critica, la deje así unos minutos, la saqué del tubo y cuando se enfrió a unos 850 grados (a ojímetro) la sumergí en un tubo lleno de manteca de cerdo, este truco se lo robe descaradamente mi amigo, el maestro Fernando Ricca. Bueno después de este rollo metalúrgico el punto es que no se me deformo y se puso durísima : D

Entonces le hice el revenido, una vez más a la fragua hasta que se puso de un color azul obscuro y listo.

Haora vienen los toques “fáciles”, primero a terminar de adelgazar el filo. Un buen método de desbaste para quienes no tenemos algo mejor es pegar lijas de grano grueso o tela de esmeril en un listón o cercha de madera, así se toma la hoja con ambas manos y a tallar y tallar, no será una lijadora de banda (¡demonios, quiero una de ésas!), pero se avanza muy bien y se elimina mucho material con este método tan simple.

Y si se le sigue a lija, lija, otra más fina, y otra y lija que lija.

Luego le hice a la daga sus características “Rodelas”, las corté del mismo disco de arado, primero le saqué un pedacito donde calculé que podía sacarlas, luego lo enderecé en la fragua y corté las rodelas con la sierra de arco, las perforaciones para la espiga las abrí e caliente con un cincelito. No sé qué increíble y poderoso impulso me movió pero no pude resistirme a cortarle unos hermosos “pétalos” cual flor a los discos,¿hay a poco no se ven divinos?....

Allí se mira también la empuñadura de madera de encino de la que ya se hablo antes, ahora tallada en forma de espiral, es algo fácil de hacer, primero le dibujé el patrón y le tallé los canalitos con la escofina, después los emparejé con los bordes de la lima de media caña, lija y listo. También pavoné las rodelas en vinagre, no estoy seguro de que sea histórico pero me encanta.

Con las piezas terminadas solo queda acomodarlas, remachar y todo es felicidad… ¿o no?

Ocurriome al intentar remachar la espiga para cerrar el conjunto, darme cuenta de que el acero era estúpidamente duro, no cedía por nada y eso que no está templado. No conseguía remacharlo cuando sobrevino la tragedia: con tanto chingadazo rajé la empuñadura.

Me vi obligado a quitarla y remachar la espiga sobre el disco sin ella, para ponerle otra utilicé el mimo método que con mi primera daga, hacer otra empuñadura de dos piezas con un canal tallado en medio, pegadas y abrazado la espiga.

Y bueno con eso creo que ya queda terminada pero necesitaba algo con que vestirse, así que me puse con una vainita.

El material no es lo mejor, se trata de vaqueta o suela de 4mm reciclada del borde de mu primer engendro de escudo, debido a su pasado tiene varias cicatrices horribles, pero bueno, parecerá una vaina que ha visto ya varias escaramuzas.

Primero cortamos el cuero de manera que abrace bien a la hoja dejando 1cm aprox. para coser, o mejor un poco más no vaya a ser que falte, metí un rato el cuero en agua para ablandarlo, ha y cubrí bien la hoja con cinta adhesiva para protegerla del oxido.

Mí método de perforar consiste en poner la futura vaina en posición sobre una tabla y atravesarla con muchos clavitos viejos, claro que primero marqué sus posiciones con un tenedor, truco de David Templar.

Entonces saqué los clavos y a coser, cosí con hilo cáñamo primero de ida y luego de vuelta para lograr una doble costura, hasta ahora todo ha sido de lado como si fuera la vaina de un cuchillo.

Pero no lo es, metemos otra vez la vaina al agua para suavizarla y luego forzamos la daga al interior de manera que la costura quede en medio, no está de más mencionar que esto requirió de un amplio despliegue de fuerza física y mentadas debido al grosor del cuero. Una buena untada de glicerina y listo.

Y bueno con eso creo que ahora si está terminada.


Números finales:

Largo total: 48cm

Largo de la hoja: 35.5cm

Grosor máximo: 4mm

Peso: 330g

Centro de gravedad: a 3cm de la guarda.

Pero hay verla en acción Muajajajaja (Los videos no le hacen justicia :( , camara del celu, un día frio y lluvioso, pero al menos creo que algo se entiende)

Bueno, eso es todo por ahora, sí no vuelven a saber de mí es que la Uni volvió a abducirme, nos leemos en la próxima que espero se a pronto.

¡Saludos!